Hace algunos años desde cierto partido político español se quejaron amargamente porque pese a ser la primera fuerza política en número de votos y diputados en una región española, se veían relegados a la oposición merced a un pacto entre la segunda y la tercera fuerza política de ese territorio.
Durante mucho tiempo protestaron por esa injusticia y llegaron a proponer que siempre formara gobierno el partido más votado, aunque no tuviera mayoría absoluta, es decir que por ley, los alcaldes, presidentes autonómicos y presidentes del gobierno salieran de las listas del partido que tenía una mayor representación parlamentaria.
Poco les importaba que esto implicara la desaparición de las mociones de censura tal como están definidas en nuestro pais, es decir una moción en la que además de buscar la reprobación del censurado se postula el que la presenta, como candidato a sustituirle. En cualquier caso supongo que esto sería un problema menor, ya que a la vez que se cambiaba la ley para forzar que el alcalde o presidente fuera del partido más votado también se podía modificar para erradicar las mociones de censura.
Tampoco les parecía importar que en algunos ayuntamientos, no muy grandes eso sí, su propio partido político se había aliado con otras formaciones para impedir que gobernara el partido más votado. Al fin y al cabo se trataba de pequeñas agrupaciones locales muy difíciles de controlar.
Sin embargo, ahora, me encuentro con que en unas recientes elecciones en otra región española, su líder, respaldado por la dirección de su partido a nivel nacional, ofrece el voto de sus diputados al líder del segundo partido más votado para evitar que gobierne el partido que obtuvo más votos y más diputados, contradiciendo la tesis que desde su partido se ha venido defendiendo en los últimos años.
¿Será que solo puede gobernar el partido más votado siempre que se corresponde con ellos mismos?. La verdad es que debo reconocer que soy muy torpe porque me cuesta entender la lógica de la política.